“Fabricar, usar, tirar”, describe el modo de consumo imperante. Hay una nueva corriente que viene pisando fuerte. Emula a la naturaleza y propone una economía circular, que “reutiliza lo que puede, recicla lo que no puede ser reutilizado, repara lo que está roto, restaura lo que no puede ser reparado”.
El modelo lineal que ha impulsado la economía en los últimos siglos no se adapta a las necesidades de las sociedades actuales del mundo globalizado. Muchos recursos se agotarán y el medioambiente ya se está resintiendo. La economía circular redefine los conceptos. Considera los desechos y los artículos que han terminando su vida útil como una materia prima.
Reprocesar los materiales ahorra energía, reduce el gasto de recursos naturales y genera menos basura. Adentrarnos en la economía circular reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% y aumentaría la mano de obra un 4%.